FUNDACION DE LA MEMORIA URBANA

Toki Eder Blues

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La Avenida Miranda, desde el tejado del Edificio Toki Eder

Un hermoso lugar. Es verdad que el idioma vasco para los hispanoparlantes nos resulta bastante inextricable, pero no por ello deja de írsenos convirtiendo en familiar luego de que por tanto tiempo tantas arquitecturas en la ciudad nos lo enseñen desde sus orondos apelativos. Y aprendimos por ellos que “Donosti” es San Sebastián y que “Eder” es sinónimo de “bello” o “hermoso”. Y más aún, aprendimos que “Toki” (sí: toki) es nada menos que “LUGAR”. Y como un bello lugar en efecto se había conservado hasta ahora la Plaza de Chacaíto hacia la entrada al Caracas Country Club, en esa curveada involución natural que adquiere la Calle Real de Sabana Grande justo antes de continuar hacia el este como Avenida Francisco de Miranda. Un claro remanso que se despliega al pasar sobre la quebrada, una suerte de playa urbana, de meandro ralentizante del que sacaron amplio provecho los grandes enclaves comerciales de los setenta, el Centro Comercial Chacaíto y Beco, y al que, con premonitor olfato, reconociera con su glamoroso apelativo el cine homónimo de la calle más amplia de la ciudad, el “Broadway”. Pero, ¿qué hace tan singular a este “Toki” caraqueño? Hasta hace muy poco, ni plaza en él había (ésta fue fruto de la operación de creación de espacios urbanos de la C.A. Metro de Caracas en los ochenta). Miramos alrededor, y es muy poco lo que encontramos, salvo noble arquitectura urbana puesta con tino y humildad. Y he aquí que en Chacaíto la ciudad vuelve a demostrarnos con su sabiduría silenciosa cómo los hombres se fueron poniendo tácitamente de acuerdo para ir moldeando las formas del espacio urbano… hasta esbozar la creación de un sitio singular. Algo único, inacabado y aún “en construcción”.... Presencias irreemplazabales O en “de-construcción”, si lo vemos desde la cruda realidad. Aquél lugar que se había anclado en nuestros corazones a punta de efectiva arquitectura, que soñaba con concretarse, está a punto de ser desmantelado. La dulce curva de los añejados edificios modernos que vienen de El Rosal, la puerta tamizada de concreto del Centro Comercial Chacaíto, la mole repotenciada de Capuy-Beco, la paz compositiva del dondisquero Royal Palace y las ondas icónicas del Sokoa, serán desarticuladas, lanzadas al vacío, desmembradas de su concertada armonía de caballeros de la orden de la santa fábrica (a.k.a. la ciudad) cuando sean despojados de su mejor compañero de armas: el Edificio Toki Eder (c. 1940). De haber pertenecido previamente a Fogade, el Toki Eder fue adquirido por un ciudadano árabe que, ni corto ni perezoso, no más hacerse de él, tapióle con ladrillos las bellas logias abiertas de sus laterales para luego lanzarse con furia sobre sus restantes ventanas. La gran casona vasca cerró los ojos, y enmudeció de pronto. ¿Cómo se lo permitieron las autoridades, cómo las nacionales/patrimoniales, cómo las municipales? Pues alegan las unas que el “Toki Eder no está declarado”, mientras que dicen las otras que el “Toki Eder no está inventariado”… En medio, la ciudadanía languidece, desamparada, indefensa, esperando por una explicación... Y mientras tanto, el único edificio de Caracas que le canta a su enclave urbano, una vez demolido, una vez su presencia desaparecida y esfumada del solar, una vez su noble pecho condecorado de elíptico óculo arrasado y hecho polvo, con su ausencia desmantelará el lugar, y veremos derrumbarse la creación colectiva de la vieja Plaza de Chacaíto como un castillo de naipes.

Orfelinato de declaratorias
Es aún hoy el Toki Eder un poema en estilo Neovasco difícil de equiparar en todo el valle, salvo como no sea con su delicioso pariente el Edificio "Donosti" de Las Mercedes, el de la carabela tallada en el escudo de piedra. Por la limpieza de sus formas, -el ancho cuerpo del edificio aposentado bajo sus dos aguas compuestas cubiertas de tejas generosas-, y por la maestría del frente ornamental –la cascada de cemento modelado para crear un gran portal vertical aplicado sobre la fachada principal-, con sus dobles volutas y sus dobles conchas, nos hacen sospechar en él también la mano de Don Miguel Salvador, arquitecto de cuantiosa obra en esta ciudad, y padre de la arquitectura vasca en el exilio venezolano. No deberá entender Don Miguel -de vuelta en España- cómo es eso de que en este país el Instituto del Patrimonio Cultural se haya declarado desinteresado en hacer ni una sola declaratoria más ni de Monumento Histórico Nacional ni de Bien de Interés Cultural o de ninguno de sus afines.¿Será que ya todo fue inventariado -se ha de preguntar el arquitecto-, ya todo está debidamente protegido, y nada de la memoria urbana de Venezuela corre peligro? ¿O será que porque el Toki Eder figura en la lista patrimonial del primer PDUL (siglas de Plan de Ordenamiento Urbano Local) de cuando Irene Sáez y en la más reciente lista del Patrimonio de Chacao hecha por William Niño Araque es suficiente para que no le otorguen en Chacao al propietario permiso para demolerlo?
Peloteado entre escurridizos funcionarios, pero blandiendo con majestad su pedigree arquitectónico para quien lo quiera ver, el Toki Eder espera por nosotros para poder seguir enriqueciendo con sus aires cantábricos la Calle Real.

A Beautiful Place

It is true that for Spanish talking people Basque language is quite complicated, but having in the city for such a long time so many architectures teaching it to us with their strong names, it slowly turned into something familiar. And we learned by them, "Donosti" means San Sebastian and "Eder" is synonimous of "beautiful" or "handsome". And even more so, we learned that "Toki" (yes: Toki) means nothing less than "PLACE". And as a beautiful place in effect was maintained until now Plaza de Chacaito near the Caracas Country Club´s entrance, on that curved natural involution that shapes Calle Real de Sabana Grande just before continuing eastward as Avenida Francisco de Miranda. A bright space that unfolds right after passing over a creek, a kind of urban beach, a slowering meander of which took great advantage the big commercial enclaves of the seventies, Centro Comercial Chacaíto and Beco, and which with a premonitorius sense of smell, acknowledged the city´s widest street homonymous cinema, the "Broadway" Theater, with its glamourous name. But, What makes so special this Caraquenian "Toki"?
Until not long ago, it didn´t have even the square in front (which was the result of an eighties urban space operation promoted by C.A. Metro de Caracas). We look around, and very little we find, except for some wisely and humbly placed noble urban architecture.
And so we find that in Chacaito, the city with its quiet wisdom, shows us how men gradually agreed again in shaping the forms of urban space, sketching the creation of a singular style. Seen from raw reality, something unique, unachieved and still "Under Construction" arised... made up of irreplaceable or "de-constructing" presences.

The place that anchored in our hearts through effective architecture and dreaming someday to stabilize, is about to be dismantelled. The sweet curve of aged modern buildings coming from El Rosal, the Centro Comercial Chcaito´s tamed concrete gateway, the Capuy-Beco´s retail building re-empowered mass, the "dondisquero" Royal Palace Building´s compositive peace and the Sokoa Building´s iconic waves, they all will be disarticulated, thrown into the void, dismembered from their concerted harmony of Chevaliers of the Holy Fabric´s Order (a.k.a. the city), when they will be deprivated from their best friend of arms: the Toki Eder Building (c. 1940). Having previously belonged to FOGADE, the Toki Eder was acquired by an Arabian citizen that, fast, once he owned the property, sealed with bricks its beautiful laterally open loggias only to immediately throw himself with fury over its remaining windows. The big basque house closed its eyes, and suddenly became mute. How could this was allowed by national/patrimonial authorities, how by municipal authorities? Well, some argue that the "Toki Eder had not been designated", while others say that the "Toki Eder is not yet in any list"... In the middle, Caracas people languish, unprotected, helpless, waiting for an explanation... And in the meantime, the only building of Caracas that sings to its urban enclave, once demolished, once its presence disappeared and vanished from its lot, once its noble chest condecorado de elíptico óculo arrasado and reduced to dust, will dismantle the place with its abscense, while we see how old Plaza de Chacaíto´s collective creation crumbles down like a card castle.

Designations´ Orphanage

Still today, the Toki Eder is a Neobasque Style poem hard to match in the whole of the valley, sauf it wasn´t for its delightful relative, the "Donosti" Building in Las Mercedes, the one with a de la carabela carved in its stone coat of arms. Because of its forms cleanliness, -el ancho cuerpo del edificio aposentado bajo sus dos aguas compuestas cubiertas de tejas generosas-, y por la maestría del frente ornamental "the cement cascade modelled to create a huge vertical portal vertical aplicado sobre la fachada principal-, con sus dobles volutas y sus dobles shells, nos hacen sospechar en él también the hand of Don Miguel Salvador, architect of cuantiosa obra in this city, the father of Basque Architecture in the exile. No deberá entender Don Miguel -already back in Spain- how is that in this country the Instituto del Patrimonio Cultural se haya declarado desinteresado en hacer ni una sola declaratoria más ni de Monumento Histórico Nacional ni de Bien de Interés Cultural o de ninguno de sus afines.¿Será que ya todo fue inventariado -se ha de preguntar el arquitecto-, ya todo está debidamente protegido, y nada de la memoria urbana de Venezuela corre peligro? ¿O será que porque el Toki Eder figura en la lista patrimonial del primer PDUL (siglas de Plan de Ordenamiento Urbano Local) de cuando Irene Sáez y en la más reciente lista del Chacao Patrimony made by William Niño Araque is enough para que no le otorguen en Chacao al propietario permission to demolish it?
Peloteado among escurridizos public clerks, but carrying with majesty its architectural pedigree for those who want to see it, the Toki Eder waits for us in order to continue enriching with its cantabric airs the Calle Real.

Hannia Gómez. Toki Eder Blues. Semanario en_caracas.





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